Hay veces que nos sentimos tensos y angustiados por causa de nuestros propios impulsos destructivos. ¿Cómo podemos vences estos malos instintos? Cuando el rey David llama a sus enemigos a arrepentirse, les aconseja: “Temblad y no pequéis, meditad en vuestro corazón, sobre vuestro hecho y callad eternamente” (Tehilim 4:5) Según Rabí Shimón Ben Lakish, un conocido penitente, este versículo nos descubre un programa de cuatro pasos para dominar las tentaciones del Yetzer Hará (la inclinación del mal)Leemos en el Tratado de Berajot 5:a: Dijo el Rabí Levy Bar Jamá en nombre del Rabí Shimeón Ben Lakish: “el hombre siempre debe reforzar sus buenos impulsos contra los malos impulsos, como está escrito: “temblad y no pequéis”. Si lo domina, bien; si no que estudie la Torá, como dice el versículo: “meditad en vuestro corazón”. Si lo domina, bien; si no, que lea el Shemá, está escrito: “al acostarse”. Si lo domina, bien; si no, que piense en el día de la muerte, como dice el versículo: y callad. Selá.Primero “Temblad y no pequéis” despierten vuestra naturaleza positiva, el “Yetzer Hatov” y utilicen su poder para contener cualquier mal impulso. Si esto no ayuda, entonces meditad “en vuestro corazón, ocúpense de Torá”. Si esto no basta, entonces reciten “Shemá”, en vuestro lecho (antes de ir dormir) Y si todo esto no somete el impulso negativo, entonces “callad eternamente”, recuérdese usted del día de la muerte.Estas son las cuatro herramientas que nos ayudarán a dominar los malos deseos e instintos. Pero este último armamento que usamos en nuestra batalla, contra el “Yetzer Hará” es el reflejo de la mortalidad humana, y para acentuar el tiempo de vida en este mundo, entonces ¿por qué no usamos este método desde el principio?Despertando nuestro instinto del bien.Todas nuestras cualidades sea positivas o negativas, tienen que ser usadas para bien, también las malas actitudes como los celos, los deseos materiales y el orgullo, deben tener lugar y deben ser sublimados para alcanzar metas positivas. Si nosotros logramos debilitar nuestras malas cualidades, éstas nos ayudarán a lograr metas positivas. Lo ideal es que toda nuestra energía sea fuerte y sana, junto a las cualidades negativas, que siempre deberá estar bajo el control de nuestro lado positivo.Ocupándonos en Torá.Estudiar Torá, es suficiente para despertar la bondad nata de nuestras almas, si uno tiene un sentido de la moralidad. Pero aquellos que no poseen altos valores, necesitan absorber el conocimiento del verdadero camino, por eso el segundo consejo de Rabí Shimón “ocuparse del estudio de la Torá” no se refiere en sí al estudio de la Torá en general que es uno de lo 613 preceptos que obliga a todo judío, sino a aquellos aspectos específicos de la Torá que ignora. Al interiorizar este conocimiento, el penitente, Baal Teshuvá, aspirará al bien, y estará preparado para dominar los instintos negativos.Despertar las emociones.Para algunas personas, el solo conocimiento es en sí insuficiente para despertar sus buenos sentimientos. Para ellos si el alma está tan manchada, que sus facultades emocionales, necesitan ser elevadas viene el tercer método recitar el “Shemá”El Shemá Israel, no es simplemente un tema de reconocimiento de la unidad de D-s, porque siendo así, sería suficiente recitarlo una vez por año (como el precepto de recordar al malvado y corrupto Amelek) El hecho es que fuimos ordenados a recitar el Shemá dos veces por día, indicando que este precepto nos conecta con nuestras facultades emocionales. El Shemá trata de infundir sentimientos de amor y cercanía a HaShem, por eso es recitado cada mañana y cada noche. Esta verdad debe ser constantemente confirmada y renovada en el corazón. Esta es una necesidad espiritual constante, como lo es el aire para el cuerpo. Al inspirarnos, reforzar nuestro intelecto y corazón.Profundizando en la brevedad de la vida.Todo estos tres primeros pasos comparte una característica en común, trabajan para reforzar las cualidades positivas. Pero los malos impulsos todavía no son dominados, entonces es necesario debilitar las cualidades negativas por medio del último paso “recordar a uno mismo el día de la muerte” expresando que la mortalidad sirve para frenar tentaciones de las falsas imaginaciones que enfatizan la importancia de los placeres mundanos.De todas maneras, si es posible reforzar las fuerzas positivas este es el método indicado. Es un reto, pero con voluntad y se puede lograrAdaptado del libro Ein Aya, Rabino Abraham Yitzjak Kook Vol. 1 Pág.13-4. Vol. 2 Pág.389